Los estragos que está dejando el coronavirus están obligando a cambiar la industria cinematográfica para siempre. El cierre de las salas de cine por todo el mundo ha obligado a reestructurar el calendario de los grandes estudios. Así, al aplazamiento de estrenos y la suspensión de rodajes, hay una nueva estrategia que se está volviendo cada vez más habitual en los últimos días: el streaming.
La secuela, protagonizada por Will Smith y Martin Lawrence, ha sido hasta ahora uno de los mayores éxitos del año, siendo el primer filme en superar los 200 millones de dólares en el mercado doméstico. De hecho ha funcionado tan bien que ya se ha puesto una cuarta parte en marcha.
Nuevo paradigma
Esta nueva forma de llegar al público a causa de la pandemia puede suponer un cambio drástico en la forma de entender la distribución de las películas. Universal fue la primera con cintas como 'El hombre invisible', 'The Hunt' o 'Dolittle'. A ella se han unido Warner con Aves de Presa (y la fantabulosa emancipación de una Harley Quinn)' y 'The Way Back', Miramax con 'The Gentlemen: Los señores de la mafia', Sony con 'Bloodshot', Paramount con 'Sonic: La película', o Disney con 'Onward' y 'Frozen 2'.
Y es que, pese al descontento de las salas de cine con este tipo de movimientos (especialmente cuando son películas que aún no se han estrenado), parece que la estrategia se está asentando. Y cuando todo esto acabe, quién sabe si será el futuro del cine.
