Ver el mundo arder

Desde el inicio, mediante el uso de una literaria voz en off que al estar escrita en pasado condiciona el punto de vista de la narración, Paul Schrader aborda la adaptación de 'Aflicción' remarcando su carácter de fábula, de pequeña historia de la América profunda condenada a repetirse. En cualquier caso, y pese a la abundancia de paisajes nevados, no nos encontramos en el territorio de 'Fargo', marcado por el azar y lo casuístico, aunque algo terrible siempre esté a punto de pasar. Esta es una historia de raíces, las de un hijo marcado desde su infancia por la presencia atemorizante de su padre, otra víctima del maltrato y de la sociedad heteropatriarcal que vuelca su frustración en su propia vida. Padre separado, de malos modales y peores hábitos, verá caer su modus vivendi paulatinamente, obsesionado por la investigación de un crimen que no es más que otra muela que necesita sacarse para calmar su dolor y saciar a sus demonios. Con la inteligencia, profundidad y estilo que le caracteriza para adentrarse, sin miedo al ridículo ni al exceso, en los tormentos del alma humana, Paul Schrader pone en jaque una masculinidad marcada por la violencia que no puede evitar su condición. Ni tampoco el placer de ver el mundo arder hasta extinguirse en él.