Esperpéntica clase ociosa

Crónica del despilfarro grotesca incluso pueril. Como crítica a la obsesión lucrativa la película cumple su cometido y de paso le da otra patada más al negocio financiero de la década de los ochenta. Pero más allá de ello lo que nos muestra son unos personajes de difícil encaje y una historia que se centra básicamente en los excesos de los mismos. No profundiza en como ganaban el dinero sino en su desquiciante forma de gastarlo. Así que se podría considerar sin temor a errar en el blanco que es una parodia social más que una crítica a Wall Street.