Otra vez los mártires a escena

Ahora desde el punto de vista arquitectónico, pero en el fondo volvemos a las lágrimas de un pueblo que sigue sacando rédito del exterminio sufrido durante la Segunda Guerra Mundial. Qué bien les vino que Hitler apareciera en sus vidas, con todo el respeto a los muertos. Dejaron de ser apátridas para tener una patria a la carta. Y ahora, con la connivencia de los EUA, campan a sus anchas, ojito con meterse con ellos, son sagrados, y, como aprendieron de los nazis, saben, perfectamente, como exterminar. La película es magestuosa, demasiado larga, con intermedio y todo, pero con un transfondo que cansa. Ya no se los cree nadie. Seguro que reciben muchos oscars. Los judíos, que controlan el poder económico en el país de Trump, saben que su pena vende, y mucho, en un territorio amigo. Juegan en casa. Qué asco!!!!