Reina Madre

Amel es una mujer con un temperamento muy fuerte, marcado por una alta autoestima y una gran ambición por sus dos hijas. Ella y su marido, Amor, mantienen una relación apasionada y explosiva que acaba, muchas veces, en discordia. Se quieren, pero discuten constantemente. Ambos han dejado sus países de orígen (ella, Túnez; él, Argelia) para irse a Francia y formar una familia, y viven la migración desde diferentes perspectivas: mientras Amor, autoengañándose a medias, quiere centrarse en la suerte que han tenido de poder criar a sus niñas en un pueblo en el que viven, limpio, tranquilo, un sitio en el que podrán recibir una buena educación, Amel se sume en la nostalgia y en la pena de echar de menos el que siempre había sido su hogar. 

Pero su nueva vida empezará a tambalearse: No les van a renovar el contrato de alquiler de su apartamento. La solución que les proponen es mudarse a una vivienda social que queda a 45 minutos en tren de la escuela. A pesar de que se enfrentan a grandes dificultades económicas, no pretenden abandonar el barrio adinerado en el que residen. 

A la vez que tiene lugar esto, Mouna, la mayor de las dos hijas comienza a tener visiones con Charles Martel, un personaje legendario de la historia francesa que pasa a ser para ella una especie de amigo imaginario