Contra todo pronóstico

'Mi gran noche' vuelve a sacar al mejor Álex de la Iglesia, ese que es capaz de montar un caótico plató, llenarlo de personajes, ponerle una guerra fuera y sacar lo mejor de cada uno de esos elementos. Casi todo el elenco principal está de fábula, y es genial ver cómo gente como Raphael y Mario Casas saben reírse de sus propios personajes en la vida real. El humor, primario pero lleno de frases grandiosas, consigue que haya muy pocos momentos de bajón, y la dirección es tan frenética que es un milagro que la cosa haya salido bien, pero lo hace. A diferencia de las galas de Nochevieja, esta es una fiesta que es mejor no perderse.