Un biopic convencional elevado por Meryl Streep

Stephen Frears parece haberse acomodado en el cine biográfico con un ojo puesto en los Oscars después de 'La reina' y 'Philomena'. Su nueva película, 'Florence Foster Jenkins', es el biopic de la peor soprano de la historia, encarnada a las mil maravillas por la siempre infalible Meryl Streep.

La laureada y adorada actriz, que podría hacer de Batman y se llevaría (con razón seguramente) una nominación al Oscar, eleva de categoría una obra que quizá sin ella pasaría completamente desapercibida. Porque la de Frears es una película excesivamente convencional, que sigue las normas del biopic más académico para retratar a un personaje que es de todo menos convencional, una mujer excéntrica, peculiar y fascinante cuya historia resulta demasiado increíble para ser verdad. Pero Streep no solo hace que te la creas, sino que te involucres emocionalmente con su personaje, y no des crédito al gran engaño levantado a su alrededor y custodiado por su "marido", interpretado por un no menos excelente Hugh Grant.

'Florence Foster Jenkins' es un film más que correcto, un "crowd pleaser" hecho para agradar, emocionar y divertir, que cumple su cometido gracias a otro portentoso trabajo interpretativo de Meryl Streep, que se lo pasa genial cantando fatal y hace que nosotros no podamos apartar la vista de la pantalla, aunque sí queramos taparnos los oídos.