Digno final a la más grande saga

Como si de un anillo se tratase, se cierra el círculo de esta fascinante historia. Peter Jackson puede descansar tranquilo, su cine no ha desmerecido en absoluto al peso e importancia de los libros "El Señor de los Anillos" y "El Hobbit". Y, además, ha hecho muy feliz a todos los que hemos leído y releído las historias de Tolkien, porque les ha imprimido una emoción amable y con mensajes profundos. Se trata la amistad, el amor a la Naturaleza y el buen sentido del humor con ternura, a la vez que es descarnado con la codicia, la cobardía o la crueldad. Me pregunto si los humanos actuales no hemos perdido bastante de las cualidades y, por el contrario, si hemos ganado en esos defectos. Tolkien predijo, de alguna manera, que el alma de hierro (y ya no digamos el tecnológico) nos aproximaría a los orcos, a la barbarie.