Un cabo suelto

Santiago, un cabo de la policía argentina, se ve obligado a cruzar la frontera hacia Uruguay, perseguido por otros agentes que lo buscan por razones que aún no comprende del todo. Su único refugio es su uniforme, que utiliza como carta de presentación, ganándose la confianza de los lugareños que lo ven como uno más del país vecino. Sin dinero, sin documentos y sin hospedaje, se las ingenia para sobrevivir.

Recorriendo pequeños puestos de comida regional, Santiago se convierte en un experto probador de lácteos y embutidos. Se siente como un extraño en su propio país, pero encuentra consuelo en la calidez de los sabores sencillos de Uruguay. A pesar de los obstáculos, su astucia y empatía lo hacen pasar desapercibido, y el mismo uniforme que debería delatarlo, le permite pasar como un agente fuera de servicio.

En su camino, conoce a varios personajes que, aunque al principio parecen indiferentes, terminan ofreciéndole ayuda. Una anciana que lo acoge en su casa, un pescador que le enseña a navegar en el río y una joven de ojos tristes, con la que siente una conexión inexplicable. Es ella, Mariana, quien parece ser la clave de su reinvención.

Santiago, mientras reconstruye su vida, empieza a soñar con un futuro donde ya no sea un fugitivo, sino un hombre libre, querido y, por fin, capaz de encontrar su lugar en el mundo.