Carlos Sedes vuelve a sumergirse en el true crime con su última película, 'La viuda negra'. El director, tras llevar a la pantalla otras tramas reales como 'El caso Asunta' o 'Fariña', estrena en Netflix una película protagonizada por Carmen Machi, Ivana Baquero y Tristán Ulloa.
Desde hace unos años, este tipo de historias basadas en crímenes reales están muy de moda, tanto en el cine como en las series, además de los documentales que analizan los casos para la audiencia más curiosa (y morbosa). Sobre este fenómeno nos habla, Ramón Campos, productor y guionista de 'La viuda negra', que lo explica así en una entrevista para eCartelera:
"Siempre que nos planteamos contar un caso real, intentamos buscar una pregunta que no seamos capaces de resolver en nuestra mente. En este caso, la gran pregunta es: ¿por qué alguien puede llegar a considerar que es mejor asesinar y convertirse en viuda que divorciarse? A partir de esa pregunta empezamos a desentrañar qué había detrás".
Machi, que cuenta con una dilatada carrera a sus espaldas, se planta frente a su primer true crime: "Me apetecía mucho vivir la experiencia de un género que nunca había hecho". "Yo me reuní con Ramón Campos, que es el productor. El entusiasmo con el que me contaba esto... Me hizo decirle que sí. Entré prácticamente sin haber leído el guion. Luego lo leí y confirmé", asegura la intérprete que se encargad de dar vida a la policía encargada del caso.
Ivana Baquero también cuenta en esta entrevista para eCartelera sus impresiones. El motivo por el que aceptó la propuesta era mucho más sencillo: "Ya había trabajado con Bambú y me apetecía muchísimo volver a colaborar con ellos". Algo por lo que se muestra muy agradecida: "Al final, que crean en ti para interpretar un personaje así, como actriz te motiva muchísimo".
"Me llamó mucho la atención el arco tremendo que tiene Maje y que, además, está basado en una persona real. Poder adentrarme en ese mundo y en esa mente me parecía muy interesante".
La joven actriz destaca y agradece la libertad que le ofrecieron el cineasta y su equipo: "Me llamó mucho la atención la libertad creativa que me dieron para no hacer un calco de ella, porque al final, lo que a ellos les interesaba más era plasmar la esencia del personaje".
"Me metí muy al fondo con el personaje, a un punto casi obsesivo. De hecho, cuando iba al gimnasio ni siquiera escuchaba música, sino los audios de Maje y la investigación. Nunca había hecho un proceso así y ha sido una de las razones por las que me ha emocionado mucho", confiesa la actriz, a la que rápidamente Machi alaba su trabajo: "Pues has hecho un calco". Un gesto que muestra la buena química en el rodaje.

No es la única muestra de cariño que la intérprete ha tenido con sus compañeros de rodaje. Machi ha querido dejar claro lo agradecida que está y lo bien que lo han hecho Baquero y Ulloa: "O sea, yo quiero alabar aquí públicamente el trabajo de mis compañeros porque es muy difícil y muy complejo. Cuando he visto la película me he quedado asombrada con lo que han hecho. Tiene una credibilidad que me ha dejado asombrada y lo tenía que decir". Palabras a las que responde Ulloa con un sentido "gracias".
El actor también nos ha confesado el motivo por el que acabó en el largometraje:
"Cuando tienes a alguien como Ramón, a quien conoces desde hace mucho, y te dice: 'Quiero reunirme contigo', vas. Te juntas en su despacho, te saca una hoja y te empieza a hacer un diagrama con flechas, nombres, no sé qué, no sé cuánto, y dice: 'Esto es lo que quiero que hagas'... Me dijo: 'Parece que lo tienes más claro tú que yo', sobre todo porque ya he trabajado anteriormente con ellos haciendo 'Fariña', y es como jugar en casa. Con Carlos Sedes, que ya es un buen amigo, sé el margen de libertad que voy a tener, así que le pedí unos mínimos de tiempo y condiciones para acercarme al papel. Al final, son personajes muy alejados de mí, por lo que caer en el esperpento es muy fácil. Me hubiese gustado tener más tiempo con Carmen delante, pero al final, eso que me llevo".
El largometraje plantea una estructura curiosa que enriquece mucho la cinta y nos permite conocer más en profundidad a cada uno de los personajes. El guionista explica cómo llegaron a este enfoque:
"Nos parecía menos interesante hacer el mismo viaje que hizo la policía. La policía empezó escuchando, intentando desentrañar la vida de Maje. Solo en un momento dado descubren que existe Salva. Cuando entendimos que ese había sido el proceso policial, decidimos seguir el mismo. ¿Sabes? Empezamos con la policía, solo la escuchamos, la vemos las veces que la ve la policía y, en el momento en que entendemos que algo más está pasando, empezamos a contar la vida de Maje. Eso es lo que hizo la policía. Solo hay un momento en que salta esa llamada: el gran error del caso. Porque hubiese sido un crimen perfecto. No los habrían pillado, y eso nos parecía fascinante. Cómo una llamada, una conversación, puede darle la vuelta a todo".
Parece que interpretar personajes así no ha sido tarea fácil para parte del equipo. Baquero también admite el reto que le ha supuesto dar vida a esta chica:
"Me costó trabajo porque hay un juicio por mi parte. Como actriz, tienes que separarte de eso para poder hacer justicia a la historia, metiéndote realmente en la piel y en la mente del personaje para llegar a comprender sus emociones y cómo llegó al punto al que llegó.Tuve que hacer un trabajo de deshacerme de los prejuicios para interpretar a Maje y, finalmente, lo conseguí. Sobre todo, gracias al trabajo de Carlos Sedes, con el que tuve muchas conversaciones y al que le planteé muchas preguntas. Para esta película tuvimos que tomarnos muchísimas libertades creativas para llenar los espacios que no estaban del todo resueltos.
No fue una labor fácil, pero me supuso un reto como actriz y nunca había hecho algo así, de esa magnitud, a nivel de trabajo, metiéndome tanto en un personaje. Ahora ahí queda plasmado, ojalá haberle hecho justicia a la trama".
Pero no fue solo un reto para los actores interpretar a estos personajes; escribirlos y dirigirlos tampoco fue tarea fácil. El cineasta explica qué buscaban con Maje:
"No queríamos que lo importante fuese lo sexual o las relaciones, sino llegar a comprender el porqué. Porque claro, estamos acostumbrados a que alguien casado sea infiel o no, pero en este caso mantenía relaciones con cinco personas. Queríamos entender qué buscaba con ese tipo de vida. Y llegamos, más o menos, a la conclusión de que era por falta de adolescencia. Buscaba tener experiencias, no otra cosa. Estamos en 2025, tampoco somos quién para juzgar. No nos parecía lo importante".
Ramón Campos continúa:
"Ser infiel no es un delito, no. Es una decisión personal y la única responsabilidad que tienes es con tu pareja. Maje no buscaba sexo, buscaba adulación. Que los chicos que nunca la habían rodeado la adulasen. No lo hacía por sexo, lo hacía porque quería un harén. Un harén de hombres a su servicio".

Esta productora, últimamente, ha mostrado un claro interés por retratar crímenes reales, algo muy alejado de sus inicios. Aprovechamos para preguntarle sobre esta evolución, y el productor respondió:
"En Bambú nos planteamos una evolución que ha sido muy natural, pero también bastante estudiada. Cuando hicimos nuestra primera serie en Madrid, fue un gran fracaso. Entonces decidimos analizar qué teníamos que hacer para llegar al gran público. De ahí nacen 'Gran Reserva', 'Gran Hotel', 'Velvet', 'Las chicas del cable'...
Una vez que nos consolidamos en la industria, empezamos a pensar qué queríamos contar realmente. Yo empecé con el documental, con el caso Asunta, 'El caso Alcàsser', '800 metros'... Ahora hacer 'Cómo cazar a un monstruo' era lógico: la ficción y el documental tenían que encontrarse. A mí me encanta trabajar con Carlos y esa forma de encontrar un punto medio. Era como decir: 'Vale, llevemos el documental a la ficción'.
Ya en los 2000 habíamos llevado a Antena 3, Telecinco, TVE, una serie que se llamaba 'Narcos', y nos decían: 'No se pueden contar historias de narcotraficantes porque el protagonista no puede ser el antagonista'. Luego salió 'Narcos' en Estados Unidos, y entonces sí nos compraron 'Fariña'".
Este tipo de largometrajes plantean cuestiones morales más allá de su estilo, lo que puede facilitar caer en el amarillismo o el sensacionalismo. El cineasta defiende el respeto con el que han tratado el caso:
"Nosotros pensamos en ser muy respetuosos con las familias y las víctimas, eso ante todo. Y después, no buscamos el morbo, sino contar una historia. Eso es lo que defendemos y seguiremos defendiendo.En este caso, lo que nos interesaba era cómo una mujer tan joven, que se dedica a cuidar gente, llega a tomar la decisión de que es mejor matar que separarse. Ese era el tema. No las escenas sexuales, no el crimen, no la sangre. Huimos de recrearnos en lo morboso. Lo que queríamos contar es cómo un señor pierde toda su vida y ahora está en la cárcel. No sé si fue el enamoramiento o qué, pero que un hombre de 50 años, que se dedica a cuidar gente, sea capaz de dejarse convencer por una chica tan joven... ese es el tema.
Al final, sobre todo en ficción, hay que dar margen y tiempo. Y cualquiera de los casos que hemos hecho, el que menos, tiene 10 años de distancia, que no es poco".
El productor y guionista revela una de las grandes normas dentro de su productora respecto a este tipo de proyectos:
"Yo tengo una norma en Bambú: que cuando mis hijas sean mayores y me pregunten por qué hice algo, pueda responderles sin avergonzarme de nada. Si nos encargan un true crime, nosotros pedimos tres o cuatro años para investigarlo. Esa es también una buena forma de no cometer errores.Además, tenemos despachos de abogados a nuestro lado, asesores judiciales, asesores policiales... No ponemos nada que no esté contrastado al menos por tres fuentes".
Una de sus mejores interpretaciones
En esta película hay un nombre que brilla con luz propia a lo largo del metraje: Carmen Machi. Actriz que ha interpretado papeles dramáticos y cómicos a lo largo de su carrera, obteniendo siempre mucha admiración y muy buena prensa. "Lo que pasa es que a mí me gusta mucho trabajar, pero puedo aburrirme fácilmente", reconoce la intérprete. También confiesa uno de sus secretos a la hora de trabajar:
"Tengo que tener la sensación de que no lo he hecho antes. Cuanto más alejado de mí, mejor, porque me resulta más fácil y me gustan los retos. Me gusta sentir el vértigo de hacer algo que desconozco, que me entre la información y ponerme a jugar".
La intérprete asegura que le dan igual los papeles y personajes, que ella siempre los afronta como desafíos:
"Me da igual, todos los géneros en el fondo son buenos. El único género con el que soy más exigente es con la comedia, pero no tengo una preferencia. Como espectadora, sí: veo muy poca comedia y bastante más drama. Lo más lento posible, y todo eso lo gozo mucho. Pero como actriz, me da igual porque en el fondo todo es lo mismo. Se trata de hacerlo con sentido común y dar verdad, como decía Tristán antes".
'La viuda negra' se estrena el 30 de mayo en Netflix. Una película que retrata un caso real ocurrido en Valencia y que ha acabado en la pantalla a través de la visión de Carlos Sedes y la interpretación de todos estos intérpretes.